TENET LECCIÓN 8

Evangelismo y Misiones

Es deber y privilegio de cada seguidor de Cristo y de cada iglesia del Señor Jesucristo esforzarse por hacer discípulos de todas las naciones. El Señor Jesucristo ha ordenado la predicación del evangelio a todas las naciones. Es deber de todo hijo de Dios buscar constantemente ganar a los perdidos para Cristo mediante el testimonio verbal respaldado por un estilo de vida cristiano y por otros métodos en armonía con el Evangelio de Cristo.

Mateo 9: 37-38; 10: 5-15; Lucas 10: 1-18; 24: 46-53; Juan 14: 11-12; 15: 7-8,16; Hechos 1: 8; 2; 8: 26-40; Romanos 10: 13-15; Efesios 3: 1-11; 1 Tesalonicenses 1: 8; 2 Timoteo 4: 5; Hebreos 2: 1-3; 1 Pedro 2: 4-10

El pequeño y sucio secreto del cristianismo de hoy es que mientras afirmamos la necesidad de ganar las almas perdidas para Cristo. Según una encuesta 95% de cristianos nunca han llevado a otra persona al conocimiento salvador de Jesucristo. La gran mayoría de los programas y presupuestos de la iglesia se centran en satisfacer las necesidades y los deseos de los miembros actuales de la iglesia.

Ezequiel 3:17-18 es una advertencia redactada enérgicamente por no informar a la gente sobre el peligro que se avecina. Las personas que no han escuchado el evangelio están en tanto peligro, si no más, que aquellos que no saben que se acerca un enemigo.

Las iglesias deberían comenzar a poner más énfasis en alcanzar a los perdidos. Un área de énfasis debe ser la oración, Mateo 9:36-38. Escuche las peticiones de oración en su iglesia. Deberíamos escuchar regularmente oraciones por los perdidos. Debemos orar por los perdidos y debemos orar para que el Señor envíe obreros a la cosecha.

A medida que comenzamos a orar para que Dios envíe obreros a la cosecha, también debemos prepararnos para ir nosotros mismos. Después de orar en Mateo 9, Jesús los envió en Mateo 10. El plan de Dios no es enviar a la mayoría a otro país, sino que sirvamos y alcancemos a los perdidos que nos rodean todos los días donde estamos. Si queremos hacer una diferencia, comienza donde estamos.

¿Estás viendo almas salvadas en tu iglesia? ¿La vida de quién estás influenciando para Cristo? ¿Cuándo fue la última vez que llevó a alguien a Cristo o incluso invitó a alguien a la Iglesia?

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